El
tema del Triángulo de las Bermudas es bastante más complicado de lo que parece
a simple vista. Es decir, es una cuestión que despierta pasiones extremas: hay
quienes defienden a ultranza la teoría del “misterio”, y hay quienes minimizan
la situación al punto de decir que no es más ni menos peligrosa que cualquier
otra zona del planeta. Lo que resulta más confuso es que sobre este tema parece
haber pocos “grises”: faltan voces mesuradas, críticas… y serias con respecto a
esta cuestión.
Todo
comenzó en el año 1951, con una nota de un periodista de United Press llamado
E. V. W. Jones, en la que mencionaba desapariciones de barcos en la zona, que
él calificaba de “misteriosas”. Y bautizó a la zona como “Triángulo del
Diablo”. En 1952, George Sand escribió un artículo sobre el tema en la revista
esotérica “Destino”, y describió la zona como un triángulo cuyos vértices se
ubicaban en Florida, Bermudas y Puerto Rico. El nombre definitivo se lo dio el
escritor Vincent Hayes Gaddis (1913-1997), cuando en 1964 publicó un artículo
en la revista de ficción estadounidense Argosy, titulado "El Mortal
Triángulo de las Bermudas", sobre las desapariciones de naves en la zona.
En
1974 lanzó su libro “Triángulo de las Bermudas”, que vendió alrededor de 20
millones de ejemplares.
A
la cabeza de la larga lista de denostadores de Berlitz se encuentra Lawrence
David Kusche, que era bibliotecario de la Universidad de Arizona en el momento
de la desaparición del famoso Vuelo 19. Ante la cantidad de pedidos de
información sobre el Triángulo que comenzó a recibir, Kusche decidió hacer un
resumen de archivo de todas las publicaciones que había sobre el tema. Este
trabajo resultó finalmente en un libro del año 1974 llamado “El misterio del
Triángulo de las Bermudas: resuelto”, donde intenta demoler cada una de las
desapariciones misteriosas apuntadas por Berlitz. Claro, el libro de Kusche
tiene un problema: también carece del más absoluto rigor científico. Para
explicar en forma “natural” las desapariciones, se basa en artículos de
periódicos aparecidos sobre el tema, y… nada más.
No
hay investigación en las fuentes, ni trabajo de campo, ni nada sobre qué apoyar
sus teorías. Incluso confunde nombres de embarcaciones. Y en algunos casos,
hasta él mismo concuerda con que la desaparición es “inexplicable”.
Con
respecto a los testimonios de aquellos que han experimentado extraños fenómenos
en la zona, y han vivido para contarlo, bueno, también hay de todo. En 1994 se
afirmó que un español, Luis Roldán, ex Director de la Guardia Civil española,
había desaparecido en el Triángulo de las Bermudas. Luego se dijo que había
aparecido en 1995 en Laos. Bueno, sí es cierto que desapareció durante un año y
también es cierto que apareció en Laos, pero el Triángulo de las Bermudas tuvo
poco que ver: Roldán realmente estaba escapando de la justicia, y actualmente
cumple una condena de 31 años en Brieva por delitos fiscales, malversación y
algunas cosas más.
Hechos
como el de Roldán hacen que las personas descrean de otros testimonios como los
de Bruce Gernon Jr., Don Henry o Martin Caidin. Ellos tres vivieron
personalmente situaciones que recuerdan y describen con claridad como
inexplicables. No hay motivos para no creerles, ya que los tres tenían vasta
experiencia en navegación y vuelo, respectivamente. Todos recuerdan la niebla
súbita, que no les permitía ver “más allá de las narices”, los compases girando
alocadamente, la desaparición del horizonte, la interrupción de las
comunicaciones.
Ninguno
de ellos vivió antes o después una experiencia similar, ni quieren volver a
hacerlo, aunque todos ellos volvieron navegar/volar por la zona muchas otras
veces después de eso. La experiencia tuvo otros efectos; como dijo el Capitán
Don Henry en una entrevista años después: “Fue simplemente algo que sucedió que
hizo que me convirtiera en un creyente (del fenómeno)”.
En
la década del ’80, un investigador canadiense autodidacta llamado John
Hutchison comenzó a investigar sobre electromagnetismo, basado en los
descubrimientos de Nikola Tesla. Hutchinson llenó su pequeño departamento con
aparatos que reproducían diferentes fenómenos eléctricos. Según sus propias
palabras, se propone descubrir los “secretos de la naturaleza”. Está convencido
de que existe la antigravedad, de que se puede obtener energía gratis de la
naturaleza, y de que sólo hace falta resolver el cómo.
Hutchinson
es altamente controvertido. Muchos afirman que efectivamente, ha logrado
efectos sorprendentes poniendo a funcionar todas sus máquinas al mismo tiempo,
como objetos que vuelan, metales que se calientan al rojo vivo pero sin fuente
de calor cercana, materiales incompatibles que se “funden” entre ellos, como
metal y madera, y muchos más.
El
problema es que sólo hay un video donde se muestran estas singularidades,
grabado por el mismo Hutchinson, quien nunca más ha podido reproducir en
público ninguno de éstos fenómenos. Consiguientemente, ha sido desacreditado
por la inmensa mayoría de los científicos e investigadores de laboratorio,
aunque algunos de ellos, sin embargo, han colaborado con él en los últimos diez
años. Los videos originales, tomados por el mismo Hutchinson, de algunos de los
fenómenos logrados en su laboratorio, todavía pueden verse en internet.
La
mención a Hutchinson viene a cuento porque muchos de los testigos que
presenciaron sus experimentos, afirman que los efectos que se produjeron
durante la demostración, son idénticos a los descriptos en los testimonios de
aquellos que sobrevivieron al Triángulo, como la niebla, las nubes
“electrostáticas”, los relámpagos sin trueno, entre otros.
Un
fuerte electromagnetismo en la zona, burbujas de gas metano submarino, y hasta
la Corriente del Golfo han sido algunas de las explicaciones “razonables” de lo
que sucede en esa franja de mar.
Pero
no todos los accidentes y desapariciones se pueden explicar tan fácilmente: las
mismas Fuerzas Armadas de Estados Unidos han calificado algunas de estas
desapariciones como inexplicables; los resultados de las investigaciones de
accidentes aéreos se encuentran a disposición de cualquiera que desee leerlos.
Sólo es necesario contar con el número de identificación del vuelo accidentado.
Para quién desee iniciar su propia investigación, le damos los enlaces a las
listas de aviones y barcos desaparecidos en la zona, con la salvedad de que de
muchos de ellos se han identificado claramente las causas.
Es
un ejemplo notable lo sucedido con el avión Avro Lancastrian desaparecido el 2
de Agosto de 1947, no ya en el Triángulo de las Bermudas, sino sobre la
Cordillera de los Andes, en vuelo entre Buenos Aires y Santiago de Chile.
El
último contacto de avion con tierra fue a las 18:15 de ese día. A partir de ese
momento, nada más. Todas las búsquedas resultaron infructuosas y ante la falta
de restos se consideró que el avión había desaparecido “misteriosamente”. Pero
52 años después, en enero del año 2000, una expedición que marchaba por la zona
descubrió restos de un avión accidentado, que fue luego identificado como el
Lancastrian desaparecido.
La
explicación es que fue sepultado por capas de nieve y hielo, y apareció al
derretirse un glaciar.
Pocas
afirmaciones, a favor o en contra, son certeras y comprobables. Pareciera ser
que el mayor misterio acerca del Triángulo es la controversia generada, que
deja a muchos de los que quieren saber de qué se trata, con más dudas que antes
de empezar a buscar la verdad.
0 comentarios:
Publicar un comentario